CAPISTRANO

 

CAPISTRANO – 21/10/2024

Al franciscano Juan de Capistrano, nacido en esa ciudad del Reino de Nápoles, el Papa Calixto III le encomendó predicar una Cruzada contra los invasores musulmanes, terribles enemigos de la Civilización Cristiana. Después de la caída de Constantinopla los turcos pretendían someter Europa a partir de la conquista de Belgrado. Soñaban con llegar a Roma para sustituir las cruces por la media luna y usar las iglesias como establos.  

Así pues, participó de la Dieta de Frankfurt en la que el Sacro Imperio Romano Alemán tomó la Cruz para repeler a los turcos, predicó la Cruzada e hizo los acuerdos diplomáticos necesarios para que los católicos lucharan contra los turcos. Bajo el mando del conde húngaro Janos Hunyadi se formó un ejército de 50.000 hombres a fin de enfrentarse a los 400.000 del Sultán que cercaban la ciudad.  Pero no satisfecho con esto, dio un paso más. Pensó que era necesario estar presente en el frente de batalla como el alma del combate. Estaba en todas partes dando apoyo y aliento. Dirigió un ala del ejército con gran éxito dando muerte a 40.000 enemigos de la fe y haciendo huir al resto. Con razón le llamaban “el guerrero franciscano de Belgrado”.  Su acción salvó la ciudad que, en ese momento, estratégicamente era el punto débil de la cristiandad. Era el mes de julio de 1456 cuando la victoria de la Cruz rechazó a los mahometanos del continente europeo.

Fue gran orador que predicó ante numerosísimo público convirtiendo a multitud de paganos, herejes fanáticos, judíos obstinados, y llevó a cientos de jóvenes a la vida religiosa. Nombrado inquisidor contra los husitas, luchó tenazmente a nivel doctrinal contra esta herejía. Luchar contra los herejes y destruirlos no es una misión negativa, porque los herejes ya son negativos, y colocar un negativo con lo negativo es hacer algo positivo. Nadie diría que un médico que destruye los virus que atacan al cuerpo humano estaría haciendo algo negativo. El mismo principio se aplica a los inquisidores. Fueron los médicos que destruyeron los virus que atacaban la salud espiritual de la Iglesia y la cristiandad.

Se podría hacer una clasificación de los santos. Algunos fueron fundadores de naciones, otros organizadores de naciones, y otros fundadores de órdenes religiosas. Luego, hay una categoría de santos que fueron los muros defensivos de la Casa de Dios. Constituyen una especie de santos cuyo objetivo principal es luchar, destruir a los enemigos de Dios. Tienen la capacidad de poner fuego en las almas para estimularlas a la defensa de Dios, para llevarlas al combate. Y en el combate saben cómo mantener el coraje de los buenos y también cómo atacar a los enemigos. Haciendo esto, defienden los muros de la Casa de Dios. Tal es la misión de esta categoría de santos a la que él pertenecía.

Su figura permanece en la Historia como gran luchador. Quizás sea por eso que hoy no escuchamos muchos elogios de San Juan de Capistrano.