JOSÉ –
19/03/2024
San José era
trabajador manual, carpintero, y como tal perteneciente al estrato más modesto
de la sociedad. Pero, por otra parte, era descendiente del rey David y de todo
un linaje de reyes de Israel. La Casa de David decayó, y con el tiempo perdió
el trono, se apartó del poder. Su familia continuó viviendo en Israel, en Judá,
pero cada vez menos influyente, menos poderosa y menos rica. Cuando al final
vino a nacer Nuestro Señor Jesucristo la Casa de David estaba en el auge de su
decadencia. Así es que San José debe ser venerado en cuanto trabajador, pero
puede y debe también ser venerado como príncipe de la Casa de David.
El Papa León
XIII, que fue uno de los Pontífices que más inculcaron la devoción a San José,
dijo taxativamente que no solo debe ser venerado como modelo de príncipe, sino
que debía también ser el modelo, el estímulo de todos los que perteneciesen a
linajes decadentes. En las volteretas de las cosas de hoy, un líder sindical,
la mayoría de las veces, es más poderoso que un duque. Pero en tiempos de la
civilización cristiana el noble formaba parte de la categoría de los poderosos.
La causa de la
nobleza de San José se debía a que descendía de tres tipos de varones
diferentes, dignos a títulos diferentes: el cuerpo, el espíritu y las cosas
celestes. Era noble corporalmente porque descendía de rey. Noble
espiritualmente porque era descendiente de sacerdotes. Los sacerdotes en la ley
del Antiguo Testamento se podían casar. Y era noble sobrenaturalmente porque
era descendiente de profeta. El profeta predice el futuro y predecir el futuro
es algo celeste. De manera que descender de reyes, profetas y sacerdotes es la
nobleza más alta que se pueda tener. Es más que descender sólo de reyes, que
descender sólo de sacerdotes y que descender sólo de profetas. El rey es el
jefe del Estado. El Estado cuida, entre los hombres, de lo que se refiere al
cuerpo. El sacerdote hace para el alma lo que el Estado hace para el cuerpo.
Cuida de las cosas del alma, del espíritu. El profeta es el representante de
Dios. El portavoz de la palabra de Dios. Así es que San José tenía las tres
causas más altas de nobleza, representativas de los tres aspectos de la vida
del hombre. El aspecto material, el aspecto espiritual y la representación de
Dios.
La Señora de
todos los Pueblos es la Reina del Cielo y de la Tierra no por analogía, sino
que es efectivamente Reina del Cielo y de la Tierra. Ahora, quien se casa con
la Reina de todo el universo es noble evidentemente. Pero no fue apenas esposo
de la Señora, él fue padre del Niño Jesús. Ahora, ser padre del Hijo de Dios es
la honra más alta a la que un hombre puede llegar, después de la honra de ser
la Madre del Hijo de Dios, que evidentemente es una honra mayor. Es decir, no
sólo fue noble por haberse casado con María, sino porque Nuestro Señor le
invistió en la función más alta de gobierno que pueda haber en la Tierra
después de Nuestra Señora. ¡Ser padre del Niño Jesús, gobernar al Niño Jesús y
gobernar a su Madre es más que gobernar a todos los reyes e imperios del mundo!