ESCOLÁSTICA –
10/02/2025
Santa
Escolástica era hermana de San Benito y desarrolló una obra muy ligada a la
suya, ya que fue la fundadora de las Hermanas Benedictinas. De manera similar,
Santa Clara estaba vinculada a la obra de San Francisco.
Geográficamente
hablando, Europa representa solo una pequeña parte del mundo, sin embargo, fue
el teatro donde se desarrollaron acontecimientos muy importantes de la Historia
por la correspondencia de sus pueblos en tiempos pasados a las enseñanzas de la
Iglesia católica. Europa era un continente fiel en gran medida a la Santa
Iglesia. De ahí surgió el establecimiento de la civilización cristiana, es
decir que el orden temporal estaba impregnado de las gracias sobrenaturales
recibidas a través de la Iglesia.
Sólo la Iglesia
católica enseña la verdadera moral y da a los hombres la fuerza necesaria para
practicar la moral verdadera por medio de los sacramentos. Es sólo a través de
esta moral que se puede establecer el orden en la sociedad humana. Por lo
tanto, el orden perfecto solo existe donde la Iglesia católica existe y es
aceptada. Solo la Iglesia católica es el fundamento del verdadero orden.
El orden social
se puede comparar de alguna manera con el cuerpo humano. Si todo está en orden,
el cuerpo funciona bien, sus reacciones, sistema inmunológico, etcétera. Pero
si algo está mal, un pequeño hueso en la muñeca fuera de lugar, causa dolor,
inflamación, todo tipo de problemas.
Lo mismo ocurre
con la civilización. Si en su conjunto se basa en la moral católica, se pueden
esperar todo tipo de beneficios, pero si se aleja de la civilización católica,
incluso en pormenores, cabe esperar todo tipo de miserias y males.
San Benito a
través de sus monjes fue por excelencia el misionero que llevó la civilización
cristiana a los bárbaros alemanes. Por un lado, dio un gran impulso a la
evangelización que conquistó a los pueblos de Europa Occidental y Central, la
Península Escandinava y Europa del Este. Por otro lado, estableció una red de
monasterios en toda Europa que difundieron la moral y la mentalidad católica.
Debido a esto, un nuevo mundo nació de las invasiones bárbaras. La gracia
penetró las raíces del árbol social y dio el fruto maravilloso que era Europa.
Durante mucho tiempo realizó los ideales de la Contrarrevolución. Despierta
nostalgia, admiración y cariño por ella. Es para destruir esa Europa que la
Revolución se ha levantado.
En la base de
todo lo bueno de la civilización europea se encuentra San Benito y, por los
méritos de su oración y contemplación, Santa Escolástica cuya orden de
religiosas que fundó no se dedicó al trabajo social ni a la enseñanza del
catecismo. No hicieron ningún trabajo útil según la mentalidad moderna. No
obstante, hicieron algo mucho más importante, rezaron y se sacrificaron. Con su
ejemplo, quedó claro que, si el apostolado de la rama masculina fue tan
fecundo, se debió a que había una rama femenina que rezaba, contemplaba y
ofrecía sacrificios. Este era el papel de la rama femenina.
Podemos ver el
papel extraordinario, insustituible e incomparable de Santa Escolástica. Hay
unos pocos dispuestos a actuar, menos aún dispuestos a luchar, y apenas un
pequeño puñado está dispuesto a sufrir. No hay palabras para expresar la
admiración por el apostolado de los que sufren, de los que aceptan sus cruces
para hacer fecundo el apostolado de los demás. Una de las cosas más admirables
es el apostolado del sufrimiento. Nada es más glorioso que asumir el
sufrimiento, sacrificar la propia felicidad para dar la victoria a otro y pasar a ser un héroe al que sólo Dios
ve.