EMMERICH –
08/02/2025
La mística
alemana Ana Catalina Emmerich desde pequeña tenía visiones en las que se le
aparecía principalmente Jesucristo cediéndole su Cruz. Cuando tenía 24 años le
empezaron a aparecer estigmas de la Pasión que se hacían visibles
periódicamente. Durante sus últimos años de vida se alimentó solamente con la
Eucaristía. Advirtió de que varias décadas antes del año 2000 al demonio se le
permitiría durante algún tiempo salir del abismo junto con otros espíritus malignos
para tentar y castigar al mundo.
En sus
numerosas visiones vio a la antiglesia actual y la describe en estos términos:
Una secta secreta socavando por todas partes la iglesia de San Pedro y una
enorme cantidad de hombres trabajando para invertirla. La Iglesia terrestre
completamente oscurecida y desolada. Las carencias y decadencia de los
sacerdotes que ya no hacían uso de la fuerza que poseen en el sacerdocio. Las
reliquias dejadas a la ventura. La supresión de los ejercicios de devoción por
el cierre y profanación de las iglesias. Las faltas de incontables pastores y
la omisión de todos sus deberes hacia su rebaño. Los eclesiásticos eran de esos
que tienen como principio “vive y deja vivir”. Exactamente el lema del impostor
Bergoglio. Lo funestas que serían las consecuencias de esta falsificación de la
Iglesia. Herejes de todo tipo ir a Roma. La iglesia de los apóstatas crecer
grandemente, las tinieblas que partían de ella esparcirse alrededor y muchas
personas abandonar esa iglesia. La construcción de una iglesia extraña y al
revés de todas las reglas. Nada venía de lo alto en esta iglesia, todo venía de
la Tierra, todo se hacía según la razón humana. No vi un solo ángel ni un solo
santo cooperar en esta obra. La niebla y las tinieblas extenderse cada vez más.
Muchas abominaciones con gran detalle. Una falsa iglesia sin Redentor. La
comunión de los incrédulos teniendo apariencia de virtud, en una palabra, la
antiglesia cuyo centro está ocupado por la malicia, el error, la mentira, la
hipocresía, la laxitud y los artificios de todos los demonios de la época. En
esta iglesia todo es fundamentalmente malo, es la comunión de los profanos.
¡Tantos traidores! No soportan que se les diga “esto va mal”. Todo está bien
ante sus ojos con tal de que puedan glorificarse en el mundo. Un plan para la
fusión de las confesiones religiosas y para la supresión de la autoridad papal
y este plan tenía en la misma Roma a sus promotores entre los prelados. Ellos
construían una gran iglesia, extraña y extravagante, todo el mundo tenía que
entrar en ella, evangélicos, católicos, sectas de todo tipo. Tenía que haber un
“papa”, pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de
antemano y muchas cosas estaban ya hechas, pero en el lugar del altar no había
más que desolación y abominación.