TRUMPISMO –
23/01/2025
Jocelin de
Courtenay fue señor del Condado de Edesa, al norte del reino latino de
Jerusalén. Era nieto de los cruzados que conquistaron la ciudad santa, pero las
desgracias se acumularon sobre su familia y sobre él. Su ciudad fue invadida
perdiendo su fortuna y prestigio. Un torreón se desplomó durante una batalla
aplastandolo mortalmente.
Según la
mentalidad moderna podría quejarse a Dios por no premiarle ya en esta Tierra
viviendo feliz, rico, tranquilo, gozando una vida aristocrática con sabor
burgués.
Al contrario,
él pierde todo, incluso la vida en medio de la lucha, y antes de morir agradece
a Dios haber alcanzado su objetivo de morir por amor a Él, habiendo realizado
la vida que le había reservado.
Aquí se ve el
choque de dos ideales de vida diametralmente opuestos. Uno es la concepción
según la cual la felicidad en esta Tierra consiste en gozar la vida y otra
según la cual la felicidad consiste en conocer el verdadero ideal y servirlo
heroicamente.
Además, está la
idea de que ya en esta vida hay más alegría en morir por el ideal verdadero que
en vivir como un pachá. Es el lema de los paracaidistas franceses de que “más
vale ser águila un minuto, que sapo la vida entera”.
Contrariamente,
en la concepción burguesa, la gloria no representa nada. El gozo es la razón de
ser de la vida. Se pueden encontrar reflejos de esa mentalidad en toda la
civilización moderna. Sin ir más lejos, en algunos europeos frente a la
agresión comunista.
En la política
internacional, por ejemplo, los políticos del siglo XIX hacían guerras por
cuestiones de gloria. El factor gloria era preponderante en las relaciones
internacionales, mientras que en la actualidad son principalmente comerciales.
Nada de honra, las naciones se van transformando en empresas comerciales. La
diplomacia es un negocio porque la idea del gozo material está invadiendo todo.
En las
relaciones personales antiguamente honrar a alguien tenía un gran papel. Hoy
no. Las relaciones son negocios o complicidad en el vicio. No hay más.
Prestigio es un concepto que está muriendo. Lucro es un concepto que se está
afirmando. Es la abolición de todos los valores morales y la afirmación apenas
de la utilidad penetrando en la vida.
Ese nuevo tono
de las cosas que entra representa la victoria del materialismo y, al mismo
tiempo, la derrota del establishment porque cuando la gente queda privada
largamente de esos bienes del alma, los pueblos comienzan a sentir hambre de
ellos. Entonces comienza a venir una nueva era histórica que pide la
restauración de los bienes del alma.
Estamos en un
período en que hubo una saturación criminal. Caminamos para un punto donde esa
saturación debe morir, y la apetencia de las grandes cosas debe volver con un
hambre de león.