SEÑAL – 25/01/2025
El 13 de julio de 1917 la Virgen en Fátima anunció: Cuando
veáis una noche iluminada por una luz desconocida sabed que es la gran señal
que Dios os da de qué va a castigar al mundo a causa de sus crímenes, por medio
de la guerra, del hambre y de las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
La noche del 25 de enero de 1938, desde las 18,45 horas
hasta la 1,15 se iluminaron los cielos de toda Europa, Norteamérica, norte de
África y sur de Australia. Millones de personas se preguntaban dónde estaba el
fuego. ¿A qué otra causa podría deberse el cielo iluminando el horizonte de esa
manera? Testigos en España lo describieron como algo nunca visto. Era grandioso
ver a las 12 de la noche todo el cielo rojo intenso como un monstruoso
incendio. Con el paso de las horas la gente comprendió que la magnitud del
fenómeno era demasiado grande para deberse a la acción del hombre. Algunos en
las calles llenos de terror gritaban cosas como “el cielo está ardiendo, es el
fin del mundo”. Los periódicos de la época describieron el fenómeno como un
resplandor rojo brillante a modo de gigantesco incendio. En Londres mucha gente
llamó a los bomberos, incluso desde el Palacio de Buckingham, en París “se hizo
de día” y la gente salió a la calle.
El 13 de marzo de ese mismo año el ejército alemán
atravesó la frontera con Austria a fin de anexionarse ese país, iniciándose así
la Segunda Guerra Mundial.
En 1941 Sor Lucía desde su convento en Tuy escribía sobre
esa señal de Dios, que los astrónomos quisieron denominar como “aurora boreal”,
que si lo examinasen bien verían que no fue ni podía ser, por la forma como se
presentó, la tal aurora boreal. Dios se sirvió de eso para hacerme comprender
que su justicia estaba a punto de descargar el golpe sobre las naciones
culpables.
Como en 1917 la Virgen había advertido de que, si no
cesaban de ofender al Señor, bajo el reinado de Pío XI comenzaría otra contienda
peor que la entonces llamada Gran Guerra, a los que objetaron que la Segunda
Guerra Mundial no comenzó bajo el reinado de Pío XI, fallecido en febrero de
1939, sino en el pontificado de Pío XII cuando en septiembre de ese año
Alemania invadió Polonia, Sor Lucía les respondió que el verdadero comienzo de
las hostilidades fue en el momento en que Hitler inició la ejecución de sus
planes de conquista, lo cual efectivamente sucedió bajo el reinado de Pío XI en
1938.