PROFECÍA
– 15/06/2024
Hace
200 años fallecía la mística alemana Ana Catalina Emmerich. Desde pequeña tenía
visiones en las que se le aparecía principalmente Jesucristo cediéndole su
Cruz. Cuando tenía 24 años le empezaron a aparecer estigmas de la Pasión que se
hacían visibles periódicamente. Durante sus últimos años de vida se alimentó
solamente con la Eucaristía.
En
sus numerosas visiones vio a la antiglesia actual y la describe en estos
términos: Una secta secreta socavando por todas partes la iglesia de San Pedro
y una enorme cantidad de hombres trabajando para invertirla. La Iglesia
terrestre completamente oscurecida y desolada. Las carencias y decadencia de
los sacerdotes que ya no hacían uso de la fuerza que poseen en el sacerdocio.
Las reliquias dejadas a la ventura. La supresión de los ejercicios de devoción
por el cierre y profanación de las iglesias. Las faltas de incontables pastores
y la omisión de todos sus deberes hacia su rebaño. Los eclesiásticos eran de
esos que tienen como principio “vive y deja vivir”. Exactamente el lema del
impostor Bergoglio. Lo funestas que serían las consecuencias de esta falsificación
de la Iglesia. Herejes de todo tipo ir a Roma. La iglesia de los apóstatas
crecer grandemente, las tinieblas que partían de ella esparcirse alrededor y
muchas personas abandonar la Iglesia. La construcción de una iglesia extraña y
al revés de todas las reglas. Nada venía de lo alto en esta iglesia, todo venía
de la Tierra, todo se hacía según la razón humana. No vi un solo ángel ni un
solo santo cooperar en esta obra. La niebla y las tinieblas extenderse cada vez
más. Muchas abominaciones con gran detalle. Una falsa iglesia sin Redentor. La
comunión de los incrédulos teniendo apariencia de virtud, en una palabra, la
antiglesia cuyo centro está ocupado por la malicia, el error, la mentira, la
hipocresía, la laxitud y los artificios de todos los demonios de la época. En
esta iglesia todo es fundamentalmente malo, es la comunión de los profanos.
¡Tantos traidores! No soportan que se les diga “esto va mal”. Todo está bien
ante sus ojos con tal de que puedan glorificarse en el mundo. Un plan para la
fusión de las confesiones religiosas y para la supresión de la autoridad papal
y este plan tenía en la misma Roma a sus promotores entre los prelados. Ellos
construían una gran iglesia, extraña y extravagante, todo el mundo tenía que
entrar en ella, evangélicos, católicos, sectas de todo tipo. Tenía que haber un
“papa”, pero que no poseyera nada y fuera asalariado. Todo estaba preparado de
antemano y muchas cosas estaban ya hechas, pero en el lugar del altar no había
más que desolación y abominación.
En
la foto la abadesa del convento de Santa Clara de Belorado saliendo del juzgado
donde ha formalizado recientemente el abandono de la antiglesia por toda su
comunidad para ser fieles a la Santa Iglesia Católica Apostólica. Un paso a dar
por todos los conventos y clero secular para no ir a parar a las llamas eternas
del infierno.