SIMBOLISMO


 

SIMBOLISMO – 25/11/2024        

Las características visibles de la mariposa son la gracia y la belleza. Debido a su vuelo ligero y su ciclo de vida dramático, la mariposa es un símbolo del alma humana. Muchos santos y maestros encontraron en la mariposa una imagen de la resurrección y de la vida eterna. La metamorfosis de su vida vino a representar el cambio y la transformación del alma católica fiel. Comienza como una oruga humilde que se arrastra sobre la tierra, después se metamorfosea en crisálida hibernando en un capullo y finalmente emerge como un hermoso insecto volador. Sus brillantes colores y parpadeante vuelo se asocian al sol, la luz y al ascenso hacia el reino espiritual. A veces los enjambres de mariposas se interpretan como un signo de la bendición del Cielo. El estandarte de Santa Juana de Arco era rodeado por muchas mariposas blancas durante la batalla. Pero las mariposas vuelan de flor en flor sin detenerse definitivamente en ninguna por lo que también son imagen de la inconstancia de nuestra mente y de la ligereza volátil de nuestro corazón.

Dios quiere ser alabado en toda la escala de los seres creados por Él, desde el pavo real, que es una joya del mundo de las aves, hasta la hormiga, que vive en el seno de la tierra, en una especie de catacumba, en la oscuridad completa. En lo que la hormiga hace de laborioso, de humilde, de continuo, hay algo magnífico. Se diría que el trabajo de la hormiga es profundamente raciocinado, se diría que la hormiga es razonabilísima, porque los hormigueros son hechos con perfección. Pero, de repente el hombre mira y ve en el aire una de esas mariposas azul verdoso y se extasía. De modo que, si hiciéramos un cuadro de las criaturas que Dios creó, encontraríamos las más diversas perfecciones, desde la perfección de la humildad hasta la perfección de la magnificencia. Dios quiere ser conocido en todas sus obras. Las criaturas existen en su variedad, formando colecciones, para mostrar la totalidad de las posibilidades de reflejar a Dios. Podemos considerar una colección de piedras preciosas. Y lo bonito es que la colección sea tal que refleje todas las posibilidades de ser bella, de ser piedra. El diamante Kohinoor, que significa “Montaña de luz” en persa, es uno de los más grandes del mundo, tiene un brillo, una belleza, que hace pensar fácilmente en el brillo de la inteligencia divina. También con los hombres. Las diferentes razas, las cualidades propias a cada una de ellas, todo eso tiene una magnificencia que refleja las perfecciones de Dios. Así como Dios creó a los pavos reales, dio al hombre el talento para fabricar la seda. ¡Cómo es bella una buena tela de seda, su frufrú es maravilloso! Al cogerla en las manos y frotarla tiene un tacto delicioso. ¡Cuando la marquesa caminaba y la cola de su vestido se arrastraba en el suelo, el reflejo de la seda bajo las lámparas podía ser una belleza!

Ver las cosas según su simbolismo aumenta los horizontes y une las almas de modo fantástico. No se llega a imaginar cómo sería bello y admirable si todos entendiésemos los símbolos correctamente. Los símbolos nos hacen comprender la realidad tanto como el conocimiento abstracto, pero por otra vía. Se deben desarrollar ambas y no una apenas.