Las características visibles de la mariposa son la gracia
y la belleza. Debido a su vuelo ligero y su ciclo de vida dramático, la
mariposa es un símbolo del alma humana. Muchos santos y maestros encontraron en
la mariposa una imagen de la resurrección y de la vida eterna. La metamorfosis
de su vida vino a representar el cambio y la transformación del alma católica
fiel. Comienza como una oruga humilde que se arrastra sobre la tierra, después
se metamorfosea en crisálida hibernando en un capullo y finalmente emerge como
un hermoso insecto volador. Sus brillantes colores y parpadeante vuelo se asocian
al sol, la luz y al ascenso hacia el reino espiritual. A veces los enjambres de
mariposas se interpretan como un signo de la bendición del Cielo. El estandarte
de Santa Juana de Arco era rodeado por muchas mariposas blancas durante la
batalla. Pero las mariposas vuelan de flor en flor sin detenerse
definitivamente en ninguna por lo que también son imagen de la inconstancia de
nuestra mente y de la ligereza volátil de nuestro corazón.
Dios quiere ser alabado en toda la escala de los seres creados
por Él, desde el pavo real, que es una joya del mundo de las aves, hasta la
hormiga, que vive en el seno de la tierra, en una especie de catacumba, en la
oscuridad completa. En lo que la hormiga hace de laborioso, de humilde, de
continuo, hay algo magnífico. Se diría que el trabajo de la hormiga es
profundamente raciocinado, se diría que la hormiga es razonabilísima, porque
los hormigueros son hechos con perfección. Pero, de repente el hombre mira y ve
en el aire una de esas mariposas azul verdoso y se extasía. De modo que, si
hiciéramos un cuadro de las criaturas que Dios creó, encontraríamos las más
diversas perfecciones, desde la perfección de la humildad hasta la perfección
de la magnificencia. Dios quiere ser conocido en todas sus obras. Las criaturas
existen en su variedad, formando colecciones, para mostrar la totalidad de las
posibilidades de reflejar a Dios. Podemos considerar una colección de piedras
preciosas. Y lo bonito es que la colección sea tal que refleje todas las
posibilidades de ser bella, de ser piedra. El diamante Kohinoor, que significa “Montaña
de luz” en persa, es uno de los más grandes del mundo, tiene un brillo, una
belleza, que hace pensar fácilmente en el brillo de la inteligencia divina.
También con los hombres. Las diferentes razas, las cualidades propias a cada una
de ellas, todo eso tiene una magnificencia que refleja las perfecciones de
Dios. Así como Dios creó a los pavos reales, dio al hombre el talento para fabricar
la seda. ¡Cómo es bella una buena tela de seda, su frufrú es maravilloso! Al
cogerla en las manos y frotarla tiene un tacto delicioso. ¡Cuando la marquesa
caminaba y la cola de su vestido se arrastraba en el suelo, el reflejo de la
seda bajo las lámparas podía ser una belleza!
Ver las cosas según su simbolismo aumenta los horizontes
y une las almas de modo fantástico. No se llega a imaginar cómo sería bello y
admirable si todos entendiésemos los símbolos correctamente. Los símbolos nos
hacen comprender la realidad tanto como el conocimiento abstracto, pero por
otra vía. Se deben desarrollar ambas y no una apenas.