PATRICIO –
17/03/2025
En el libro de
Ernest Hello titulado “Fisonomías de santos” hay algunos datos sobre la figura
San Patricio, apóstol y patrón de
Irlanda.
Es un santo de
vida extraordinaria que a los 12 años fue raptado por piratas y llevado a
Irlanda. Quien era secuestrado era hecho esclavo por lo que fue empleado como
pastor, recibiendo el don de la oración.
La hierba de
Irlanda es famosa por ser extraordinariamente verde y cubrir gran parte del
país. Es una de las patrias más antiguas de la poesía de tal manera que el arpa
es uno de sus símbolos. Los poetas la comparaban con una esmeralda incrustada
en el mar. Podemos imaginar al santo de pequeño, ya con cara de santo, pastor
pobre y humilde, rezando arrodillado sobre la pradera de un verde
resplandeciente y rodeado de su rebaño. Son de esas escenas de la hagiografía
medieval que valen para fiorettis o para vitrales de catedral, porque la
historia y la fantasía se juntan dando un aspecto magnífico al poder de la
candura, de la oración, de la inocencia, cuando son fortalecidas por carismas
de Dios.
Después de 6
años de pastorear en ese ambiente tan encantador consiguió huir haciendo viajes
llenos de peripecias, pero volvió a caer cautivo. Por fin escapa viajando hasta
la Galia, la Francia antigua, llega al monasterio de San Martín de Tours, donde
pasa 3 años bajo la dirección de San Germán de Auxerre aprendiendo las vías de
la vida espiritual para después retirarse a la soledad eremítica en las islas
Lerins. Más adelante viaja a Roma donde el Papa San Celestino le da la
bendición apostólica. Tras una visión decide regresar a Hibernia, que era el
antiguo nombre de Irlanda, llegando en el 432.
Una vez allí se
dirigió directamente a la asamblea general de los guerreros que se reunían para
deliberar sobre las cuestiones de la nación, revestidos con sus armas por si no
llegaban a un acuerdo y tenían que resolver las cuestiones con ellas. Era el régimen
de la barbarie. También asistían a esa asamblea los sacerdotes paganos llamados
druidas. Ante todos ellos se presentó Patricio para predicarles la fe, sin
temor, sin medias tintas, sin paños calientes, sin retrocesos. Era un santo y
tenía el poder de los santos. A partir de entonces las maravillas sucedieron
rápidamente, la conversión de los jefes de las tribus con sus familias,
admiración por el apóstol, el bautismo, es la aurora maravillosa de la gracia.
Aquel pueblo se transforma enseguida en la isla de los santos, que es como fue
conocida durante siglos. Donde antes fue esclavo ahora anda como conquistador
triunfante.
Se atribuye a
la bendición de su bastón el poder de ahuyentar las serpientes, por lo que no
existen en la isla.
Es curioso ver
cómo Dios prueba a los santos y a pesar de sus deseos, de su santidad, y de su
celo, hace que sus vidas estén llenas de vueltas y revueltas sin conseguir el
objetivo de los designios divinos, pero en un momento determinado ese objetivo
les viene a las manos.