KRASNOV –
24/02/2025
El Memorándum
de Budapest fue el acuerdo político firmado en la capital húngara el 5 de
diciembre de 1994, ofreciendo garantías de seguridad a Ucrania por parte de sus
signatarios con respecto al tratado de no proliferación nuclear.
Ucrania acordó
renunciar a su arsenal nuclear a
cambio de que se respetase la independencia, la soberanía, las fronteras
existentes y abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza contra el país.
El memorándum
lo firmaron después de largas y complicadas negociaciones en las que
participaron el presidente ruso Yeltsin, el presidente ucraniano Kuchma, el
presidente estadounidense Clinton y el primer ministro británico Major.
Su arsenal era
el tercero más grande del mundo con alrededor de 3.000 bombas nucleares,
heredado de la Unión Soviética colapsada, y transfirió todas las cabezas
nucleares a Rusia para su desmantelamiento. Cedió también a Rusia 220 vehículos
necesarios para usarlas, incluyendo 176 misiles balísticos intercontinentales y
44 aviones bombarderos de gran alcance con capacidad nuclear.
Tras la anexión
de Crimea por parte de Rusia en 2014, Estados Unidos declaró que era una
violación de sus obligaciones para con Ucrania en el contexto del Memorándum de
Budapest, y una clara violación de la soberanía y la integridad territorial de
Ucrania. Una demostración
más de que con los comunistas no se puede negociar, entre otras razones porque,
como no tienen moral, sus acuerdos y sus palabras no tienen ninguna validez.
Durante las
apariciones de Ámsterdam, en 1946, la Señora de todos los Pueblos advirtió:
“Rusia hará todo con engaño”. Una profecía que se está cumpliendo
implacablemente desde entonces. La “perestroika” fue un gran engaño.
Ahora el
presidente estadounidense Trump se alinea con el eje del mal normalizando
relaciones con Rusia mientras insulta al heroico presidente ucraniano Zelensky
llamándole dictador y le culpa de la guerra. Algo absolutamente descabellado.
Resulta que, en
1987, y antes del colapso de la Unión Soviética, Donald Trump que tenía
entonces 40 años, fue reclutado por el servicio secreto KGB asignándole el
nombre en clave de “Krasnov”, según denunció en Facebook el ex agente del
comité de seguridad nacional de Kazajstán, Alnur Mussayev, y responsable en
Moscú de la contrainteligencia en el ámbito económico. Su objetivo era reclutar
empresarios de países capitalistas. Efectivamente los lazos de Trump con Rusia
datan de ese año 1987 en que hizo su primer viaje a Moscú facilitado
sospechosamente por los funcionarios soviéticos. Una serie de circunstancias
apuntan claramente en esa dirección.
Por otra parte,
Anthony Scaramucci, ex
director de comunicaciones de la Casa Blanca de Trump en 2017, explicó que la
deferencia de Trump hacia Putin ha desconcertado a muchos de sus funcionarios
de alto rango. Afirmó: “Creo que hay un misterioso control sobre el
presidente”.
Si el Rusia
logró “okupar” desde 1958 la cúpula del Vaticano, no extraña que también lo
haya conseguido en la Casa Blanca.
Todo esto
explica completamente porque ahora está lanzando al mundo en una espiral de
caos apoyando la agresión rusa, amenazando de apoderarse de Groenlandia y
Canadá, etcétera. Ya hay voces dentro del Partido Republicano y del Pentágono
advirtiendo que las posiciones del magnate van contra los intereses de los
Estados Unidos. Es una traición mayúscula que puede desembocar en una guerra
civil.
https://www.mirror.co.uk/news/us-news/donald-trump-recruited-kgb-codename-34726995