GILLES –
22/02/2025
Gilles Bouhours
nació el 27 de noviembre de 1944 en la localidad francesa de Bergérac. Con solo
3 años comenzó a tener frecuentemente visiones de Nuestra Señora. Su
mayor distracción era “celebrar” misas en un altar improvisado de su casa. Su
madre le había hecho pequeñas vestimentas litúrgicas. En sus apariciones, la
Señora recomienda a Gilles rezar la oración enseñada por el ángel de Portugal a
los tres pastorcitos de Fátima por la conversión de los pecadores. Otra
coincidencia con Fátima es que solía aparecerse los días 13 de cada mes.
El 13 de mayo
de 1948 hubo dos curaciones milagrosas. El 15 de agosto ve al demonio con forma
de dragón y a San Miguel en forma de hombre con alas.
El 10 de
febrero de 1949, cuando aún no tenía cinco años, le pregunta a su padre: “Papá,
¿quién reemplaza al Niño Jesús en la Tierra?”. El padre responde que es el
Papa. Gilles le dice: “¡Ah! sí, es el Papa. Necesito ver al
Papa”, que en ese momento era Pío XII. El 13 de marzo la Señora le da otro
mensaje para que lo transmita al Sumo Pontífice. El 12 de junio con un permiso
especial, ya que aún no tenía cinco años, hizo la primera comunión. El 13 de
noviembre la Señora le dice que ha llegado el momento de ir a Roma para
transmitir el mensaje al Papa. El 13 de diciembre comunicó a su padre que la
Virgen María le había confiado un secreto que debía decírselo sólo al Papa.
El Santo Padre
recibió en solitario a Gilles el 1 de mayo de 1950 el cual le explicó sus
apariciones los días 13 en el bosque y que “la Virgen Santa no está muerta.
Ella ascendió al Cielo con cuerpo y alma”. El Papa se mostró visiblemente emocionado tras escuchar al
pequeño pues había pedido una señal para confirmar que debía proclamar el dogma
de la Asunción de Nuestra Señora al Cielo. En el Vaticano se difundió que la
revelación hecha por el niño francés había sido considerada por Pío XII como el
signo que había solicitado, lo cual le llevó a proclamar este dogma el 1 de
noviembre de ese mismo año.
El 24 de
febrero de 1960 Gilles enfermó sin que los médicos lograsen diagnosticar la
causa y tras recibir la extremaunción, confesar y comulgar, falleció, momento en que una bandada de pájaros llegó cantando
a la ventana de la habitación. Tenía apenas 16 años.
Es curioso el
paralelismo de este caso con el de Ida Peerdeman, a la cual el 11 de octubre de
1953 la Señora de todos los Pueblos pidió en Ámsterdam comunicar al Papa Pío
XII que en 1954 debía dar a conocer a todos los pueblos su título de
Corredentora, Medianera y Abogada. El 4 de abril de 1954 la Señora le avisa de
que el Papa ya sabe todo, pero desgraciadamente falleció en 1958 sin atender
tan transcendental pedido. Tampoco atendió el mandato de proclamar ese quinto
dogma mariano, ni la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón tal como el
propio Dios pedía. Es arquitectónico que a continuación la Divina Providencia
permitiese la ruptura de la Sucesión Apostólica en el cónclave con la
claudicación de Gregorio XVII, hasta entonces cardenal Siri, ante el chantaje
atómico de la Unión Soviética.