CALATRAVA –
05/09/2024
Ante la
creciente invasión islamista de Europa y la gradual desaparición del Estado de
derecho surge inevitablemente la idea defensiva de las Cruzadas, que dieron
lugar al nacimiento de las Órdenes Militares, llevando la Caballería a una
nueva perfección, elevándola hasta la altura de la vida monástica. Formaron
ejércitos permanentes de cruzados, los guardianes de la Cristiandad. Se
volvieron el alma de todas las grandes empresas militares, y resumieron en sí
todo lo que la Caballería produjo de heroísmo. A los tres votos monásticos,
obediencia, pobreza y castidad, acrecentaron un cuarto: el de consagrarse
enteramente a la guerra contra los infieles. Los caballeros abrazaban así una
regla monástica, no para retirarse a la soledad, sino para cumplir mejor sus
ideales de Caballería. Monjes guerreros, formaban un ejército dispuesto a
entrar en combate allí donde los enemigos amenazasen la religión cristiana.
La Orden de
Calatrava es la primera Orden de Caballería española fundada en el Reino de
Castilla en el año 1158 por San Raimundo de Fitero con el objetivo de defender
la villa de Calatrava que había sido reconquistada a los árabes por Alfonso VII
en 1147. Dada la importancia estratégica del lugar como baluarte avanzado de
Toledo ante los moros el rey quiso asegurar su defensa entregándola en 1150 a
la Orden del Temple.
Unos años más
tarde, dado el empuje islámico, el Temple dio la empresa por perdida, y
devolvió la fortaleza al sucesor de Alfonso, el rey Sancho III. Ante la
situación creada y el inminente peligro este reunió a sus notables y ofreció el
territorio a quien se hiciera cargo de su defensa. Raimundo, abad del
monasterio cisterciense de Fitero, aceptó el reto. Formaron en poco tiempo un
ejército de más de 20.000 hombres, entre monjes y soldados reclutados en el
Reino de Aragón. Frente a tal multitud, los árabes rehusaron entrar en batalla,
retirándose hacia el sur.
Los caballeros
decidieron elegir un maestre y se convirtieron en una Orden de Caballería, que
adoptó el nombre del lugar defendido.
La Orden
alcanzó su afianzamiento definitivo tras la Batalla de las Navas de Tolosa en
1212 cuando, a modo de avanzadilla para la reconquista de Andalucía, fijó su
sede en el castillo de Dueñas, construido por prisioneros musulmanes
principalmente.
En poco tiempo,
sus grandes recursos humanos y económicos dieron a la Orden un enorme poder
político y militar, que duró hasta el final de la Reconquista. Disponía de
tierras y castillos a lo largo de toda la frontera de Castilla y Aragón,
ejercitando un señorío feudal sobre miles de vasallos. Era capaz de aportar
hasta 2.000 caballeros al campo de batalla, una fuerza considerable en la Edad
Media.
Ahora ha
llegado el momento de articular de nuevo la defensa de la civilización.
https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_Calatrava