ANTONIETA – 16/10/2025
En su primera fase, la vida de esta princesa corrió feliz
y brillante como un sueño dorado, en que se reunían, en la misma persona, toda
la gloria del poder, todo el brillo de la fortuna y todo el encanto de una
radiosa juventud. Súbitamente, sin embargo, este largo encadenamiento de
venturas fue cortado por un tifón horroroso, que provocó el naufragio de la monarquía,
la profanación de los altares y la derrota de una nobleza que, a través de los
siglos, venía escribiendo con la propia espada las páginas más brillantes de la
historia de Francia. Y en pleno desmoronamiento del edificio político y social
de la monarquía de los Borbón, cuando todo el mundo sentía el suelo deshacerse
bajo sus pies, la alegre archiduquesa de Austria, la jovial reina de Francia,
cuyo porte elegante recuerda una estatuilla de Sèvres, y cuya sonrisa tenía los
encantos de una felicidad sin nubes, bebía, con una dignidad, con una
altanería, y con una resignación cristiana admirables los golpes amargos de la
inmensa taza de hiel con que resolvió glorificarla la Divina Providencia. Hay
ciertas almas que sólo son grandes cuando sobre ellas soplan las ráfagas del
infortunio. María Antonieta, que fue fútil como princesa, e imperdonablemente
liviana en su vida de reina, delante del baño de sangre y de miseria que inundó
Francia, se transformó de un modo sorprendente, de la reina surgió una mártir y
de la muñeca una heroína.
Representaba en su versión brillante el tipo de dama
destinada a desaparecer por la acción demoledora de la Revolución. Era un
modelo para un género de dama, no apenas de la corte, sino de París y de la
provincia.
Representaba también el punto ideal de una evolución, en
la cual los acontecimientos, las ideas y las tendencias venían, hace siglos,
generando un modelo de dama. Ese modelo al final desembocó en María Antonieta,
con un brillo absolutamente excepcional. Quedó colocada en la posición de
figura de proa de un navío en guerra, pues era un símbolo que la Revolución
necesitaba destruir.
¿Por qué ese modelo necesitaba ser destruido? Porque era
un símbolo anti consensual. Los consejos que daba al rey eran anti consensuales.
Por ejemplo, en aquel hecho histórico ocurrido en Versalles, durante la
Revolución Francesa, en que ella aparece en un balcón del palacio delante de la
turba vociferante y ante su sencillez y serenidad la multitud enmudece dando
paso al grito de ¡Viva la reina!
Recordemos que ella murió en vísperas del inicio del
siglo XIX, el cual presenció el nacimiento y la expansión por el mundo entero
de los primeros movimientos feministas, con el surgimiento de otro modelo de
mujer cada vez menos característicamente femenina. Incluso las mujeres no
feministas se fueron haciendo cada vez menos femeninas.
El auge de la mujer muy femenina, con todo el charme, distinción, y también con toda
la debilidad y fuerza femenina, fue María Antonieta.
Representó, por tanto, el extremo opuesto de esas
prácticas antinaturales que se intensificaron hoy en día: la homosexualidad y
el lesbianismo rumbo a un misterioso hermafroditismo.
A pesar de todo eso, actualmente estamos asistiendo al resurgimiento,
no sólo en Francia sino en varios países más, de un cúmulo de añoranzas de esa
reina.
A fenómenos de esa naturaleza la Revolución teme porque
de repente ese sentimiento de admiración toma cuerpo, crece y no lo consiguen
dominar…