CORNACHIOLA – 12/04/2025
A Bruno Cornachiola se le apareció la Virgen el 12 de
abril de 1947 cerca de la abadía romana de Tre Fontane, presentándose
como la Virgen de la Revelación, con una Biblia en la mano y hablándole entre otras
cosas de su Asunción al Cielo que aún no había sido declarada dogma. Él, que
era protestante, se convirtió al catolicismo, teniendo desde entonces visiones
y locuciones, poco conocidas a pesar de Pio XII haber recomendado su difusión.
En su diario encontramos afirmaciones como que fuera de
la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no hay salvación, o habrá un fuerte
terremoto que sacudirá todo el mundo.
En 1968 escribe: ahora Satanás reina en todas las altas instancias.
En 1986 denuncia la equiparación de las religiones como
si todas condujesen a Dios y todos se salvasen, la herejía de la salvación
universal predicada por el impostor Wojtyla, alias “Juanpablo segundo”.
En 1988 recibe la revelación de que Sodoma y Gomorra no
se arrepintieron, no hicieron penitencia y la justicia cayó sobre ellas. Si no
os convertís, hierro y fuego descenderán sobre vosotros. Lo que llaman paz no
es más que un engaño porque falta la conversión y todo está preparado para una
guerra satánica. El mundo va a ir a otra guerra mundial más despiadada que las
anteriores. Habrá momentos terribles de guerra, destrucción, caos político,
religioso y cultural. Habla de salvar a la humanidad de un diluvio de fuego y
del peligro de una guerra nuclear que es inevitable si no se hace lo que pide
la Señora de todos los Pueblos. Advierte a los sacerdotes que están llevando el
redil a la perdición. Los pastores del rebaño no están cumpliendo con su deber.
Antes de que Rusia se convierta va a desatar una tremenda persecución.
Sobre el papado dice que otros van a suplantar el trono y
que los cristianos no tienen un líder que los guíe. En sueños ve extranjeros
invadiendo Italia, con musulmanes rociando de gasolina una iglesia y
prendiéndole fuego mientras los cristianos rezan dentro. Una multitud de
bárbaros corriendo hacia la Basílica de San Pedro matando a todos los que
encuentran. Ve la supresión de la santa misa, la Iglesia reducida a un montón
de ruinas, al Vaticano en llamas.
El 12 de abril de 1980, 33 aniversario de la aparición,
más de 3.000 fieles reunidos en la gruta junto a la famosa Abadía de las Tres
Fuentes, pudieron ver a las seis de la tarde el sol levantarse hasta el cenit,
dando vueltas alrededor de su propio eje y despidiendo rayos de muchos colores
hacia todas partes, todo el mundo quedó asustado, unos lloraban, otros
gritaban, otros suplicaban en voz alta a la Señora. La imagen de la Virgen se puso
de color rojo intenso despidiendo rayos que atravesaban el techo de la gruta
para unirse con los rayos que procedían del sol. Fue un espectáculo grandioso,
jamás visto, inolvidable y duró media hora. Todos vieron lo mismo. En el disco
del sol, cuya vista no hacía daño a los ojos, empezaron a formarse símbolos
bien definidos: primero una M, que después fue transformándose en un corazón y
a continuación en una gran sagrada forma en cuya superficie se formaron las
siglas JHS. Una luminosidad especial duró toda la noche.
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