LUIS IX


 

LUIS IX – 25/08/2025

San Luis IX, rey de Francia, confesor de la fe, cruzado y modelo de jefe de Estado católico.   

Fue rey de una monarquía orgánica. No era una persona que tenía como regla la no intervención y que abandonó los asuntos del Estado a sus vasallos, sino más bien alguien que conocía sus derechos y responsabilidades, y que los protegía. Cuando sus vasallos trataron de enfrentar o disminuir su autoridad, les resistió para mantener el poder real.

Sin embargo, también fue un gran defensor de la autonomía de los señores feudales en sus respectivos feudos. Una vez, durante la visita a una iglesia, en una taberna cercana comenzó un alboroto que perturbaba su oración. Cuando se le pidió que diera órdenes para hacer cesar el vocerío, él respondió que buscasen al señor de ese feudo y le pidiesen restaurar el orden.  A pesar de que habría sido más fácil dar órdenes directamente como rey, su respeto por las costumbres feudales y por todos los grados de jerarquía, no le permitían interferir en el gobierno local. Por amor a la naturaleza orgánica de la sociedad, escrupulosamente mantuvo la estructura feudal. En esto, era muy diferente de los reyes franceses posteriores, como Luis XIV, Luis XIII, Enrique IV y hasta Luis XI, que sistemáticamente destruyeron esa misma estructura.

Protegió a los gremios y les hizo aceptar las normas redactadas de acuerdo con las costumbres. Esto dio una estructura a estas organizaciones autónomas. Así, mientras apoyaba todo poder independiente legítimo en su reino, seguía siendo su centro de gravedad.

Defendió incluso su poder real contra de la Santa Sede. Se enfrentó a Roma por interferir en los asuntos estrictamente temporales de Francia, llevando la presión hasta hacer cesar el abuso. Cuando esto fue estudiado durante su proceso de canonización, se concluyó que fue una resistencia justificada.

Luchó como guerrero en dos Cruzadas y murió de peste en Túnez. Enfermo y postrado en la cama, murió derrotado, mientras todo el mundo lo compadecía. Esta triste historia es auténtica, pero no completa. También fue el rey descrito por el cronista medieval Joinville, que partió hacia las Cruzadas en toda su magnificencia, dominando su ejército y revestido de pies a cabeza con brillante armadura dorada. Cuando su barco se acercó a la costa egipcia, su entusiasmo era tal que no pudo esperar a que el buque atracara y se lanzó al agua con sus armas para ser el primero en llegar a tierra. Acciones como esta le han inmortalizado como un guerrero perfecto. En el cuadro de Ambroise Tardieu asediando Damieta en 1249 durante la séptima Cruzada.

Fue modelo de estadista y cruzado, amado e incluso venerado por su pueblo. Hay evidencias conmovedoras. Aunque las monedas medievales son raras, las más comunes son las acuñadas durante su reinado dado que su efigie estaba grabada y el pueblo las mantuvo como medallas en recuerdo de su reinado. Las guardaban con tanto cuidado, que muchas han subsistido. Son las más numerosas de la época. Esto demuestra cómo un líder verdaderamente virtuoso eleva a su pueblo.