AMBIENTES –
13/08/2025
Por motivos que
no son sólo convencionales, ciertos colores, ciertas líneas, ciertas formas de
objetos materiales, ciertos perfumes y ciertos sonidos tienen afinidad con
estados de espíritu del hombre. Hay colores que son afines con la alegría,
otros con la tristeza. Hay formas que llamamos majestuosas, otras sencillas.
Decimos de una
familia que es acogedora. Y lo mismo podemos decir de una casa. Decimos de la
forma de conversar de alguien que es encantadora. Y lo mismo podemos afirmar de
una música. Nos puede parecer que un perfume es vulgar y lo mismo podemos decir
de las personas a quienes les gusta usarlo.
Ambiente es la
armonía constituida por la afinidad de varios seres reunidos en un mismo lugar.
Imagínese una sala con proporciones amenas, decorada con colores risueños,
amueblada con objetos graciosos, en la que hay muchas flores exhalando un aroma
suave, con alguien tocando una música alegre. Se forma ahí un ambiente de
alegría.
Claro que el
ambiente será tanto más expresivo cuanto más numerosas sean las afinidades
entre los seres que en tal sala se encuentren. Y así, ese ambiente podrá ser
además de alegre, también digno, distinguido, sereno, si la dignidad, la
distinción y la serenidad existen en las personas y cosas que ahí están. El
ambiente será lo contrario de todo esto, o sea, triste, extravagante, feo y
vulgar si los objetos que lo constituyen tienen, todos, esas notas.
Los hombres
forman ambientes a su imagen y semejanza, ambientes en los que se reflejan sus
costumbres y su civilización. Pero lo recíproco también es verdadero, en gran
medida. Los ambientes forman a su imagen y semejanza a los hombres, las
costumbres, las civilizaciones. En pedagogía esto es trivial. Pero ¿vale solo
para la pedagogía?
¿Quién osaría
negar la importancia de los ambientes en la formación de los adultos?
Formación, decimos con toda propiedad, pues en esta vida el hombre, en todas
las edades, tiene que dedicarse al esfuerzo de formarse y reformarse,
preparándose así para el Cielo, que es donde cesa nuestra marcha hacia la
perfección. Adultos y
jóvenes reciben la buena influencia de la serenidad de los ambientes con
distinción.
Así, el
católico puede y debe exigir de los ambientes en los que se encuentra que sean
instrumento eficaz para su formación moral.
En el salón
magnífico de dimensiones imponentes del cuadro vemos pinturas, espejos,
alfombras, decoraciones de gran valor y real distinción. Los personajes están
colocados para dar a esta reunión una gran solemnidad.
¿De qué se
trata? ¿De un congreso diplomático de importancia internacional? ¿De una
reunión del Consejo de algún monarca? ¿De la sesión de una Academia literaria
ilustre? No, se trata de la asamblea celebrada en la Galería Dorada del Banco de
Francia en 1846. Algo, pues, de mucho más prosaico, por su esencia económica,
que una reunión de alto nivel diplomático, político o intelectual.
Es que en 1846
la Revolución estaba mucho más atrasada y aún no había eliminado en los
espíritus la noción de que todas las actividades humanas de alguna importancia
deben revestirse de una distinción, de un decoro que es en última instancia una
expresión de la propia dignidad del hombre.