NÁUSEAS


 

NÁUSEAS – 27/03/2025

La vida contemporánea ya no deslumbra a la humanidad como solía hacerlo en el pasado. Hace algunos años empezó a aparecer con sus cargas, desengaños y prosaísmos. La vida cotidiana contemporánea, desgastada y tediosa, sin encanto ni dignidad, empezó a producir aburrimiento o confusión.

Hay muchas causas para este cambio. Una de ellas radica en el hecho de que las nuevas generaciones se han educado sin noción de lo absoluto. Para ellos, todo es relativo. Sin embargo, hay en el hombre una sed innata de absoluto. Las nuevas generaciones buscan saciar esta sed con una alta intensidad de sensaciones. Las personas de hoy, o se abandonan a la ilusión de los vicios o se lanzan a extravagancias de todo tipo para escapar de la normalidad. De este punto a las drogas hay un pequeño paso.

¿Por qué tantos buscan las drogas hoy? Es una pregunta oportuna. Este paso a las drogas suele estar precedido, consciente o inconscientemente, por un cierto sentimiento de aburrimiento que aflige la vida moderna. Tanto los jóvenes como los adultos sienten hoy la insipidez del mundo moderno y quieren algo que los agite o sacuda.

Si la persona se refugia en la normalidad, también puede encontrar tedio allí. Puede tener náuseas reales por una normalidad normal de la vida cotidiana, de las cosas comunes como son, de experimentar la normalidad sin sentir nada intenso.

La náusea de la normalidad acaba siendo una de las características de nuestro tiempo. Es una característica tan marcada que, incluso entre personas que llevan un estilo de vida moderado, se pueden encontrar signos característicos de la misma.

¿Existe una solución? La solución a esta náusea solo se puede encontrar en la búsqueda de absolutos verdaderos. Las frustraciones cada vez mayores de estas nuevas generaciones se deben a la falta de visión del absoluto. Así como el sediento anhela el agua, el hombre, que es un ser contingente, naturalmente pide el absoluto: Anima mea sicut terra sine aqua tibi, mi alma tiene sed de ti como la tierra árida de agua, dice el salmo 143.

El hombre de las nuevas generaciones es como un pajarito que quiere volar, pero no tiene suficientes alas para hacerlo. Entonces, todas sus plumas se levantan con el viento y él se pone de puntillas, quiere saltar, pero cuando salta, se cae. Es un pajarito encantador que hace un primer intento interesante. Está llamado a volar, siente que volará, crece en las ganas de volar. Con ese deseo también crece su capacidad para volar. Y, sin embargo, todavía no vuela. En cierto momento, sucede algo y luego vuela.

Solo Dios es absoluto. Los seres que Él creó, cada uno con sus propias características, están llamados a simbolizar lo absoluto. Y, a través de ellos, se pueden tener pensamientos que conduzcan a la contemplación de Dios.