NICOLÁS –
06/12/2025
En Oriente lo
llaman San Nicolás de Mira, por la ciudad de donde fue obispo, pero en
Occidente se le llama San Nicolás de Bari, porque cuando los musulmanes
conquistaron Anatolia los cristianos se llevaron sus reliquias a la ciudad
italiana de Bari.
En 1624 los
inmigrantes holandeses que fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, más tarde
llamada Nueva York, llevaron con ellos sus costumbres y entre ellas la de que
su patrono San Nicolás, Sinterklaas en neerlandés, anunciaba la Navidad
trayendo regalos a los niños.
En 1809 el
escritor Washington Irving escribió una Historia de Nueva York en la que
deformó el Sinterklaas con la pronunciación angloparlante Santa Claus.
Más tarde el
poeta Clement Clarke publicó en 1823 un poema donde dio cuerpo al actual mito
de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving. En ese relato se refiere
al personaje como gordo, pero ágil como un duende, que regala juguetes a los
niños en la víspera de Navidad trasladándose en un trineo tirado por renos.
Posteriormente,
hacia 1863, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que
más se le conoce, gracias al dibujante alemán Thomas Nast, que lo dibujó para
sus ilustraciones navideñas. Así adquirió su vestimenta y se cree que su
creador se inspiró en el vestuario de los obispos en épocas antiguas para crear
este mito que ya nada tenía que ver con San Nicolás y venía a suplantar su
identidad. Algo así como ocurre hoy en día con la figura del Papa y el impostor
Prevost que aboga por la islamización de Europa.
A mediados del
siglo XIX el Santa Claus estadounidense pasó a Inglaterra y de allí a Francia,
donde se fundió con Bonhomme Noel, el origen de Papá Noel, luego a partir de
anuncios como los de Cocacola terminó vestido de blanco y rojo viniendo del
Polo Norte.
Actualmente es
un producto comercial al servicio del consumo, una figura intrusa amenazando el
origen cristiano de la Navidad, ya que el nacimiento de Jesús ha sido colocado
en segundo plano. Se está volviendo cada vez más una festividad reducida a la
compra de regalos.
Se percibe en
toda esa evolución a lo largo de la historia una mano negra induciéndola en la
dirección revolucionaria.
Es hora de que
los católicos recuperemos nuestro santo, cuya festividad se celebra hoy, y
enseñemos a los niños que la Navidad es la celebración del nacimiento del Niño
Dios.
