ALCÁZAR


ALCÁZAR – 27/09/2024

El Asedio del Alcázar de Toledo tuvo lugar al comienzo de la guerra civil española de 1936, en el que durante 70 días los militares alzados a favor del bando nacional se refugiaron en el Alcázar, entonces Academia de Infantería, Caballería e Intendencia, acompañados de sus familias, y resistieron heroicamente el asedio de 8.000 milicianos comunistas y socialistas del Frente Popular.

La declaración del Estado de Guerra fue leída por el capitán Vela el 21 de julio a las 7 de la mañana en Zocodover, la plaza principal de Toledo.

Tras sus muros había 1.800 personas: guardias civiles, militares, paisanos, medio millar de mujeres y medio centenar de niños en situación dramática dada la escasez de víveres y agua hasta el punto de tener que sacrificar sus caballos para sobrevivir. Tampoco tenían electricidad para comunicarse por radio.  

El coronel Moscardó recibió una llamada telefónica en la que se le conminaba a rendir la fortaleza inmediatamente o su hijo sería asesinado, pero la respuesta fue tajante: el Alcázar no se rinde.

Para mantener la moral de la tropa y dar las debidas instrucciones se editó diariamente una pequeña gaceta titulada “El Alcázar” en la que se transcribía cada parte de guerra.

Los rojos dispararon 11.500 proyectiles de artillería y mortero, efectuaron 30 ataques de aviación lanzando 500 bombas, arrojaron 35 latas incendiarias de gasolina que provocaron 10 incendios, 200 cócteles molotov, 1.500 granadas de mano, 2.000 cartuchos de dinamita y realizaron ocho asaltos generales además de la explosión de dos minas.

La resistencia se convirtió en un símbolo. La prensa y radio de Madrid difundieron la falsa noticia de la rendición para hacer desistir a las tropas que venían en su auxilio.

Ante la imposibilidad de tomar la fortaleza por la fuerza los republicanos decidieron en Consejo de ministros iniciar la construcción de dos minas bajo el edificio con la idea de llenarlas de explosivos y así volarlo en su totalidad para acabar con la resistencia. Cuando finalizó la construcción de las minas todo era optimismo entre los republicanos. Tal era la confianza en el plan que el propio presidente del Gobierno acudió a ver la caída de la fortaleza llevando consigo un gran séquito de periodistas internacionales para que contaran como la República acaba con la sublevación. Al amanecer, las dos minas con 2.500 kilos de trilita cada una, fueron activadas provocando una ensordecedora explosión que recoge la fotografía. Miles de milicianos se lanzaron al asalto, pero se estrellaron con la resistencia numantina de los defensores sitiados hasta que el 27 de septiembre, con la llegada de la Legión al mando del general Varela, el Alcázar fue liberado. Cuando Varela visito las ruinas Moscardó informó a su superior diciéndole: “Sin novedad en el Alcázar, mi general”. Había entrado en la Historia. El general Franco llegó a la ciudad al día siguiente.   

Toledo es un lugar de gran importancia patriótica desde la Reconquista y a partir de 1936 el Alcázar es todo un símbolo de la lucha victoriosa contra el comunismo. 

fnff.es/El_Alcazar_de_Toledo_17_c.htm