
AUXILIADORA – 24/05/2022
La
palabra familia indica una pluralidad de personas. Hay una palabra, con un
significado especial, que designa a una sola persona: madre.
Una
madre es la quintaesencia de la familia, porque ella es la quintaesencia del
amor, la quintaesencia del afecto y, por lo tanto, la quintaesencia de la
bondad y misericordia.
Es
en contacto con su madre que el niño empieza a entender la bondad inagotable,
comienza a entender la gracia inacabable, la consideración y el amor, así como
la forma de afecto que dispone la madre al no tener tedio de estar con su hijo.
Para llevar a su hijo en brazos, jugar con su hijo, permitir que su hijo corra
libremente de un lado a otro, ser interrumpida en incontables ocasiones durante
el día con pequeñas preguntas y jueguecitos, esta es la alegría de la vida de
una buena madre.
Alguien,
que en las primeras etapas de la vida experimentó la alegría de tener una buena
madre, entiende que la vida en la Tierra puede ser muy difícil, pero siempre,
cuando se acuerde de su madre, mantendrá el recuerdo paradisíaco de su
infancia. Y con la conservación de este recuerdo, la persona mantiene la
esperanza en el paraíso celestial, donde la buena Madre nos dará la bienvenida.
Hoy
es la fiesta de María Auxiliadora de los Cristianos. La idea de auxilio evoca
la idea de necesidad, pues sólo pide auxilio aquel que está en situación de
necesidad, el hombre que no está necesitado no necesita auxilio.
Sólo
es auxiliadora aquella que tiene como función normal, como misión propia, como
trazo característico de su personalidad, el hecho de ser auxiliadora. Y la
Señora de todos los Pueblos es, por excelencia, auxiliadora, que auxilia a
todos, de todos los modos, en todas las circunstancias y en todos los lugares. Para
eso, está dotada de una riqueza que es simplemente fabulosa, y de una bondad
aún más extraordinaria que su propia riqueza.
De
manera que jamás Ella se cansa de dar, jamás se cansa de perdonar, y el perdón
es uno de sus dones tan inmensamente preciosos, que, después de haber perdonado
mucho, aún tiene para aquel que le ofendió una sonrisa de piedad, cuando él le
invoca y pide misericordia.
De
ese modo el hijo comienza a venerar a Nuestra Señora en cuanto Auxiliadora y
queda vinculado a Ella toda la vida, porque tal Madre siempre lo auxilia más y
le da fuerzas para pedir aún más auxilio. Es una especie de polea que conduce
hasta el cielo, mediante la cual como por una cuerda misteriosa, la Señora va
tirando a la persona para el paraíso celestial. Es necesario, simplemente, que
la persona quiera agarrarse a la cuerda que fue lanzada por la Auxiliadora de
los Cristianos.